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Películas y Seguridad Contra Incendios: Reflexiones y Desmitificación de los Rociadores

Lo prometido es deuda y hoy esto va de palomitas en el sofá o en el cine.

-1- La primera película que te sugiero que veas es: ‘Arde Notre Dame’. 

Es de este año (2022) y versiona el incendio sucedido en la catedral parisina.

Si eres aficionado a leer las críticas de cine, probablemente no deberías hacerlo hasta después de haberla visto.

Lo creo porque seguramente te deba dar igual si es un docudrama, un documental o lo que sea.

Que no te importe, de verdad que no.

Mira detenidamente las imágenes.

De esta película no te digo nada más.

Bueno sí, una cosa más. Si te emocionas y te apetece, escríbeme y si sientes rabia, también puedes hacerlo.

-2- La segunda película es ‘El coloso en llamas’.

Es del año 1974 y es ficción pura en lo que al incendio se refiere.

A mí me enseñó que la seguridad de incendios es completamente transversal en las obras y en la vida.

Paul y Steve, os doy las gracias de todo corazón.

-3- La tercera película es ‘Lo que el viento se llevó’ con su maravilloso incendio de Atlanta en el que se quemaron varios decorados empleados en otra conocida película: ‘King Kong’.

Es del año 1939.

También ficción.

Sin embargo, de nuevo, es un incendio el que centra la atención del espectador para que empatice con el sufrimiento de las personas y de las propiedades.

Y lo consigue porque seguramente, un incendio es eso.

-4- Para que te sirva en todas las películas que veas:

Un rociador es un mecanismo que se instala muy cerca del techo y que va conectado a una tubería de agua para que cuando se abra, expulse la cantidad de agua que tenga determinada.

Estados Unidos es el país con mayor industria cinematográfica del mundo y también es el país del mundo en el que se instalan una mayor cantidad de rociadores en edificios no industriales.

Sin embargo, corre un bulo de que los rociadores se disparan manualmente con una palanca de emergencia que colocan en algún sitio y que uno de nosotros, si lo vemos oportuno porque observamos que se está produciendo un incendio o, sencillamente porque nos da el punto, pues tiramos de ella.

Para nada.

No te lo creas.

Son mecanismos automáticos y se abren por temperatura.